SALUD MENTAL: EL DESAFÍO DE LAS EMPRESAS

Si hay algo que nos ha pasado la cuenta como sociedad ha sido la incapacidad de normalizar el padecimiento de enfermedades mentales. Las miradas con recelo y vergüenza han servido para acallar a quienes sufren de ciertos trastornos, invisibilizando una realidad que, con la pandemia, se ha transformado en una verdadera olla a presión. Carentes de políticas públicas que se hagan cargo como corresponde de la materia, hoy más que nunca, se hace necesario que más actores se sumen y generen soluciones para construir una sociedad más sana que la que cimentamos durante años, siendo las empresas un pilar fundamental para esta transformación.

Con una mirada más centrada en las personas, las diferentes entidades privadas tienen hoy la posibilidad de entregar a sus colaboradores diversas herramientas que les permitan abordar los distintos síntomas que ha dejado la pandemia, haciéndose cargo también del estrés, la ansiedad y la depresiónque arrastraron un sin números de licencias previo al Covid-19, y que ya vislumbraba lo enfermos que nos encontrábamos. Este nuevo desafío implica no sólo señalar la importancia de su capital humano, sino que también generar acciones en las áreas de bienestar de acuerdo a los nuevos requerimientos.

Charlas, especialistas a disposición de quién lo requiera, convenios con centros especializados, son algunas de las alternativas que hoy tienen a disposición las empresas que desean incluir en sus programas de cuidados a las personas. Sin embargo, durante los últimos años, la incorporación de la medicina complementaria en los centros de salud públicos y privados, abre también una posibilidad a las organizaciones de generar programas efectivos y menos invasivos para quienes manifiesten la necesidad de abordar los sentimientos o emociones que les están generando problemas en su día a día. De hecho, Pranavida ha creado una instancia de convenios de  asesorías online para instituciones y empresas, a cargo de profesionales de salud y terapeutas con amplia experiencia, para asistir a los equipos de trabajo de manera eficaz, segura y con resultados tangibles

Pese a que puede considera un gasto, invertir en el capital humano de una organización no sólo  es un incentivo no monetario para el colaborador, sino que también es la posibilidad de disminuir las licencias médicas  asociadas a  la salud mental, generándose, de este modo, un importante retorno a la compañía.

De la mano de la medicina convencional y/o complementaría, urge que las empresas dediquen su atención a este problema creciente y tomen las medidas necesaria para brindar el apoyo necesario a sus colaboradores para que, al término de la pandemia, la salud mental no presente mayores repercusiones, pero también para  esta no sea vea afectada al regreso a una “normalidad” que nos mantuvo tan enfermos durante tanto tiempo.

Fuente: Columna Digital

Jorge Fuentes
psicólogo y Director de Pranavida.