Soy lo que soy

 

No se debe olvidar nunca que “el cuerpo es nuestro animal, el caballo sobre el cual cabalgamos”. Como describe Master Choa Kok Sui “somos un alma con un cuerpo físico, no un cuerpo físico con alma”.

 

A menudo el alma, que es nuestro verdadero yo, es representada montada en un carruaje y los caballos en este caso simbolizan nuestros diferentes cuerpos. Cada cuerpo tiene sus propias preferencias que a veces, si no se controlan, afectan el viaje a lo largo de la vida. Entonces, es la responsabilidad del alma o verdadero ser, controlar los cuerpos. Por ejemplo, el cuerpo emocional es básicamente el cuerpo de los deseos; quiere enojarse, sentir envidia, estar deprimido no porque quiera herirnos, sino sólo porque le gustan las violentas vibraciones y los constantes cambios de humor. Sin embargo, el alma o nuestro verdadero yo, no quiere todas esas emociones bajas, por lo tanto, debe haber una discriminación entre los deseos del verdadero yo y los deseos del cuerpo emocional.

 

Lo mismo también aplica para el cuerpo mental como los deseos para separar, distinguir, pensar más en uno mismo y menos en los otros. Incluso cuando lo hemos convertido en el camino espiritual, todavía trata de pensar en su propio progreso en lugar del trabajo divino y en la ayuda a los demás.

 

Sin embargo, como los santos maestros enfatizan, nosotros no somos esta mente también. Esta mente es sólo para que nosotros la usemos. Este es sólo un instrumento sutil del alma, del verdadero yo. Así que de nuevo la discriminación en necesaria. Debemos vigilar incesantemente o fallaremos. La debilidad normalmente pasa cuando el alma, el verdadero yo, pierde el control sobre el cuerpo físico, emocional y mental.

 

De hecho, debe haber un cierto grado de discriminación; discriminación entre lo real y lo irreal, y esto debe practicarse no sólo al comienzo del camino espiritual, sino que también en cada paso de éste. La discriminación es básicamente la que lleva al ser humano a entrar en el camino espiritual, ya que señala lo que es real, duradero y lo que no. Pero incluso cuando la decisión está hecha y uno ha entrado en el camino espiritual, la discriminación debería seguir haciéndose entre lo que está bien y lo que está mal, lo importante y lo sin importancia, lo egoísta y lo desinteresado.

 

Para tener un mejor entendimiento de nuestra verdadera naturaleza y nuestro verdadero yo se recomienda recitar la “afirmación del alma” en forma regular, especialmente en momentos difíciles.

 

“Yo soy lo que soy

Yo no soy el cuerpo. El cuerpo es el vehículo del alma.

Yo no soy la emoción. Yo no soy el pensamiento. El carpintero no es el mueble.

Las emociones y los pensamientos son productos del alma.

Yo no soy la mente. El usuario del computador no es el computador.

La mente es sólo un instrumento sutil del alma.

Yo soy el alma

Yo soy lo que soy”

 

Master Choa Kok Sui

 

Este artículo es una traducción autorizada por pranaworld.net. El original que puedes encontrar en  http://www.pranaworld.net/magazine/